miércoles, 21 de octubre de 2009

TEXTO DE LOS LUNES

Vulnerabilidad: característica de los grandes empresarios

Para ser realmente grande, los empresarios necesitan estar un poco…afuera. Después de todo, la creatividad osada, el pensamiento rebelde y la toma de riesgos raras veces aparecen en la mitad de la campana. Como proveedores de capital de riesgo, vemos bastantes empresarios veteranos y aspirantes, y a menudo nos hemos preguntado si el hombre o mujer frente a nosotros es brillante, despistado o una combinación de ambos. El objetivo es encontrar el equilibrio óptimo entre sus fuerzas y debilidades. Tal vez uno de los equilibrios más importantes y delicados que deben afinar los grandes empresarios es el existente entre la toma de riesgos es generalmente percibida como atrevida, impulsiva y extrovertida, una persona vulnerable normalmente es vista como gentil, débil e introvertida.

No obstante, aquí está la paradoja: la vulnerabilidad forma parte de las características definitorias de los más grandes empresarios que conozco. Dentro de estas personas yace una vulnerabilidad altamente matizada que apuntala su fuerza dirigida externamente.
Este matiz está relacionado con la diferencia vital entre lo que llamo vulnerabilidad pasiva y activa.
La vulnerabilidad pasiva ser refiere a la condición de ser vulnerable sin haber escogido serlo. La vulnerabilidad activa versa sobre involucrarse en un riesgo considerado esperando que la paga, financiera o de otra índole, finalmente valga la pena. La vulnerabilidad activa es, en esencia, una toma de riesgos preactiva e informada.
Pero ¿ por qué alguien escogería ser vulnerable? La disposición para ser vulnerable no emana del deseo a la exposición sino de la posibilidad de los podría traer esa exposición –ya sea un papel más importante, la posibilidad de efectuar cambios o mayores ganancias financieras.

Los grandes empresarios pueden continuar de cara al fracaso sin caer presa de la vulnerabilidad pasiva. Hay muchas personas que hubieran sido empresarios pero que, después de haber fallado, nunca fueron capaces de retomar el camino. Lo que alguna vez fue vulnerabilidad activa se convierte en pasiva. Otras personas caminan exitosamente sobre la línea entre resistencia y vulnerabilidad, entendiendo que la repetición de fracasos normalmente es necesaria para alcanzar el éxito.

(Anthony “Tony” Tjanes CEO, socio gerente y cofundador de Cue Bail, una empresa de capital de riesgo y proveedora de la capital de crecimiento para empresas)